Detalle del cuadro "El Prendimiento de Cristo"
Uno de los momentos que más me ha llamado la atención de la pasión de Cristo ha sido el de su prendimiento.
A lo largo de la historia ha sido representado este hecho en multitud de ocasiones por pintores y escultores, También en la imaginería de la Escuela Andaluza, tenemos varios imagineros que han dado vida al momento dramático que vivió Jesús con sus discípulos en el monte de Getsemaní.
A mi siempre me ha impactado este cuadro de Goya, primeramente por lo adelantado a su tiempo, ya que como se puede comprobar en sus trazos podría ser una obra de arte de cualquier impresionista del siglo XX. Pero no sólo por esto, sino porque en esta obra Goya parece ajustarse al Evangelio de San Juan, que es el único de los cuatro evangelistas que hablan de la iluminación nocturna de la escena. En él podemos ver cómo rodeando a la figura de Jesús aparecen rostros besriales y grotescos personificando la traición y la maldad. Judas lleva a cabo su compromiso de entregar a Jesús. Este recibe el beso del traidor con resignación, para que así se cumpliese lo que estaba escrito.
Como se puede observar, Jesús aparece humillado, entristecido, mirando hacia el suelo con túnica de color blanco amarillento, símbolo de escarnio y burla.
Lo impresionante de esta obra es cómo Goya ha plasmado este momento sin dar definición en sus pinceladas, pero a la vez, teniendo una ejecución perfecta como es propio de este gran maestro.

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